martes, 8 de diciembre de 2015

Werther. Literatura Universal.

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Resumen
La novela traza la personalidad de un joven romántico que sufre un amor imposible hasta el punto de que prepara concienzudamente y ejecuta su suicidio.
El personaje hizo furor en la vanguardia burguesa de la época, de forma que muchos jóvenes imitaron la forma de vestir del joven descrita por Goethe y llegó a poner de moda el suicidio por amor con una cuidada puesta en escena, a la manera de Larra. Es una historia de carácter epistolar. 

En la primera parte, Werther escribe desde el campo a su amigo Guillermo, recopilador de la historia, y pone de manifiesto su afición por la poesía de Homero y su temperamento apasionado. Durante una celebración conoce a la hermosa joven Carlota, de la que ya antes de presentársela le cuentan que tiene novio y que debe evitar enamorarse. La advertencia es inútil. Werther conversa y baila con ella y cae rendidamente enamorado. Carlota le mira con simpatía y cultiva su amistad. A pesar de saberla comprometida, Werther no puede evitar una cierta esperanza. Enseguida, conoce a Alberto, el novio de Carlota, y congenia con él. A pesar de la rivalidad y de la envidia oculta de Werther se hacen amigos, y ambos suelen verse con Carlota. Guillermo, el receptor de las cartas de Werther, le aconseja que si tiene alguna esperanza, ponga todo su esfuerzo en tratar de verla realizada, y que si no la tiene abandone y se libre de "una pasión funesta que te aniquilará". El mismo Werther va sintiendo el sinsentido de su pasión, que cada vez adquiere más rasgos insanos. Por ello decide aceptar el consejo de Guillermo y aceptar el puesto que se le ofrece al lado de un embajador. 

En la segunda parte de la novela, Werther escribe desde su destino en la embajada, donde se ha enterado de la celebración de la boda de Carlota y Alberto. Pronto se cansa de su nueva situación, no congenia con el embajador y vuelve a la aldea de Carlota, visitando a menudo a los recién casados. Su pasión, lejos de extinguirse, sigue progresando, y con ella su desdicha.Werther alterna deseos de arrojarse espontáneamente a los brazos de Carlota con otros de melancolía en que piensa en morir. También Carlota y Alberto son cada vez más conscientes del amor y de la frustración de Werther y comienzan a recriminarle más o menos abiertamente sus actitudes insanas. Werther ve cada vez con mayor claridad es que no tiene más salida que la muerte. 

La tercera parte de la novela alterna el relato de Guillermo de los últimos días de Werther con las últimas cartas y fragmentos de diario que éste deja escritos. Werther afirma vivir en perpetuo hastío de sí mismo y consagrado a la idea fija de una sola pasión y se considera destinado a apesadumbrar a las personas a quienes hubiera querido hacer felices. Carlota, siempre fiel y firme en el amor hacia su marido, sigue mirando a Werther con simpatía y al ver su desgracia, siente compasión y se pregunta por qué el joven ha nacido con ese fuego indomable y esa apasionada violencia para mostrar sus afecciones. Mientras comienza a preparar su último paso, Werther encuentra que la decisión de matarse es lo único que le alivia. En tanto, Alberto se muestra preocupado de las visitas de Werther a su casa, encuentra que la gente empieza a murmurar y le dice a Carlota que le pida a Werther que venga con menos frecuencia. Ésta lo hace, con la mayor delicadeza posible y más tarde le pide directamente que deje de amarla y que busque a otra mujer. Werther lo prepara todo para morir: sus cuentas pagadas y cobradas, sus pertenencias recogidas, escritas cartas a su madre y sus amigos, dadas instrucciones de que le entierren con la ropa que lleva y que no registren sus bolsillos, en los que guarda un lazo de Leonor. Considera con felicidad la idea de la muerte, porque es la forma de reunirse con Carlota, aún en el terreno del pecado, más allá de su marido y del mundo que condena a su amor a la imposibilidad. El día que decide ejecutar el suicidio va a visitar a Carlota en ausencia del marido, y sin revelarle su propósito lee con ella poemas de amor desesperado y en medio de la emoción ella se deja abrazar y besar en la cara, aunque luego sale corriendo a encerrarse en su habitación y le ordena que se vaya. Werther dice que no le verá nunca más. Efectivamente, al llegar a casa, manda a su criado a casa de Carlota para que Alberto le preste sus pistolas. La propia Carlota las entrega descuidadamente al criado, aunque luego queda pensativa, presintiendo el suceso. Esa noche Werther se pega un tiro. Por la mañana, ella y su marido le visitan en su agonía. No tarda en morir y en ser enterrado como pecador, al margen de la iglesia.



GOETHE: WERTHER

1.     El autor y su época. Goethe.
Considerado una de las grandes figuras de la literatura universal de todos los tiempos, el gran genio alemán, Johan Wolfgang Goethe (1749-1832), fue uno de los responsables directos del triunfo del Romanticismo en Europa. Aunque de formación clásica, experimentó una gran evolución que le llevó a actitudes totalmente románticas, de manera que se convirtió en modelo para grandes artistas románticos europeos.
Nació en 1749 en Frankfort, en una familia de la alta burguesía que poseía una gran biblioteca y le proporcionó una esmerada educación. Niño prodigio, pronto evidenció su poderosa sensibilidad y sus aptitudes para las lenguas y las cuestiones plásticas y retóricas. Estudió Derecho en la Universidad de Leipzig. Allí empezó a interesarse por la literatura y la pintura y conoció obras dramáticas de sus contemporáneos. Pero una enfermedad (un tumor canceroso) le hizo regresar a Frankfort, donde mantuvo reposo durante dos años.
Amplía sus estudios  con otros de  Historia y Medicina y traba amistad con el filósofo Herder, decisivo en su formación, al igual que su amistad con Friedrike Brion, que le inspiró la mayoría de sus personajes femeninos
Más tarde, entre 1786 y 1788, viajaría a Italia, donde inició una etapa de armonía clásica que le llevaría a buscar la libertad y el tiempo perdido.
En 1806 se casó con Christiane Vulpius. En 1808 tuvo lugar una célebre entrevista del autor con Napoleón, gran admirador y lector de Werther. Murió en Weimar, el 22 de marzo de 1832.

Contexto social y cultural
Con Goethe arranca la revolución cultural alemana que daría lugar a figuras como Marx, Nietzsche, Freud y Beethoven. Testigo privilegiado de las revoluciona­rias trasformaciones que tuvieron lugar en su época (la Revolución Francesa, el ascenso de la burguesía, las guerras napoleónicas, la Restauración, la revolución de 1830 en París) y que quedaron reflejadas en su obra y su abultado epistolario.
Goethe se encuadra en la corriente literaria de  la década de los años 70 llamada Sturm und Drang, “tempestad y empuje”, que fue el antecedente directo del Romanticismo europeo. Este movimiento era una corriente en clara oposición al racionalismo ilustrado, que se afianzó con las figuras tan destacadas de Goethe y del poeta Shiller, más conocido por el seudónimo de Novalis.
Goethe inaugura con la obra de Werther  el movimiento del prerromanticismo que dará lugar pocos años más tarde al Romanticismo pues ya aparecen en esta obra precoz muchos de los rasgos que desarrollará posteriormente el Romanticismo en toda Europa. Las características literarias que sintetizan la concepción romántica del mundo son:
1. Culto al «yo». En oposición al Neoclasicismo, según el cual todo debía regirse por normas, el Romanticismo supone una exaltación del «yo» del creador (es el «genio»), de la personalidad del autor, libre de cualquier regla para volcarse en su creación. El romántico se siente superior al resto del mundo y se aísla, acentuando así el sentimiento de soledad. Esa exaltación del yo supone un individualismo como norma o un subjetivismo que son rasgos esenciales de la época: ello explica la importancia de la intimidad, el desprecio por la Razón, el ansia de la libertad, y el desbordamiento de los sentimientos y las pasiones.
2. Huida del mundo. El descontento y la insatisfacción que el escritor romántico siente le llevan a evadirse del mundo y a crear su propio y lejano universo, tanto en el espacio (gusto por lejanas tierras exóticas) como en el tiempo (retorno al pasado, evocación de la Edad Media). Pero a veces ni siquiera esto le alivia y llega, incluso, al suicidio, coronación de la angustia vital del romántico y solución frecuente en la literatura (Werther de Goethe) y en la vida (Larra, etc.).
3. Exaltación de lo nacional. Debido al interés por la Historia y al desarrollo del Nacionalismo, se valora lo peculiar de cada país y de cada región (lengua, costumbres; leyendas, etc.) y ello da lugar a un interés por lo popular y por la literatura costumbrista.
4. Rechazo de normas y reglas que limitan la capacidad creadora del escritor.
5. Importancia del paisaje. El alma del escritor se identifica con el paisaje, de ahí que los artistas románticos presenten una naturaleza en libertad, triste, con movedora, sobrecogedora, etc., en la que abundan ásperas sierras, bosques intrincados, escenas nocturnas, cementerios, tormentas, mares embravecidos, etc. La naturaleza o el tiempo atmosférico, pues, se adapta a los estados de ánimo del poeta o del personaje, mostrándose, según los casos, melancólica, tétrica o turbulenta.

2.     La obra de Wether y el resto de la obra de Goethe.  
En la obra de Goethe se concilian las tres culturas que entonces habían dado forma a Europa: la clásica, la cristiana y la germánica. Su producción literaria pre­senta una dimensión moral al asignarle al escritor una «misión» de transformación del mundo, un trabajo de importancia didáctica y repercusión colectiva.

Wether fue la primera novela epistolar representativa de la literatura alemana moderna y se convirtió en el modelo de muchísimas narraciones. Tuvo un enorme éxito y una profunda influencia en las nuevas generaciones que, a raíz de la sentida descripción del desencanto amoroso del protagonista, vieron el suicidio como la salida a sus desengaños amorosos.
Las desventuras del joven Werther surgió a partir de una experiencia autobiográfica del propio Goethe cuando tenía veintitrés años: durante su estancia en Wetzlar se enamoró de Charlotte Buff, la prometida de su amigo y colega Kestner, y además recibió la noticia del suicidio de Jerusalem, amigo y colega suyo, que depresivo por el amor imposible a una mujer ya casada, puso fin a su vida disparándose un tiro con una pistola que había pedido prestada a Kestner.
El personaje de  Werther cala en el corazón de los lectores con su amor apasionado por Lotte. La novela es epistolar y autobiográfica: Werther va a escribir la mayor parte de las epístolas del libro a un amigo, Guillermo (Wilhelm), contándole los sucesos que ocurren en Wahlheim. A través de las cartas podemos apreciar el enamoramiento del protagonista y vivir de cerca el progresivo aumento de su desesperación al no poder tener a Carlota, la persona amada. Al estar la novela epistolar relatada en primera persona y en un tono íntimo (por ser cartas dirigidas a Guillermo) la impresión que tiene el lector cuando lee la obra es de verosimilitud.
La obra está estructurada de la siguiente manera: está dividida en tres partes que se mencionan como Libro primero, Libro segundo y El editor al lector.
  • Los dos primeros libros y parte del tercero están escritos en forma de cartas. El narrador es, por tanto, un narrador primera persona central: el propio protagonista. De esta forma conocemos de primera mano los sentimientos del protagonista, la visión subjetiva que el personaje tiene de los acontecimientos
  • En la tercera parte el narrador pasa a ser el “editor” que narra la historia en tercera persona a partir de los testimonios de trozos de cartas de Werther o de relatos de otros personajes. El Editor al Lector incluye el relato del final de la relación entre Werther y Carlota, así como la traducción del poema del supuesto autor Ossián, titulado Songs of Selma.
La novela narra, pues, la historia de un fracaso amoroso, de un amor imposible, que conducirá al protagonista al suicidio por la falta de adecuación al mundo que le rodea. Esta actitud de Werther fue imitada tanto por personajes de otras obras literarias, como por los propios lectores e, incluso, por algún escritor (Larra, por ejemplo).
Werther introduce el tema de la burguesía en la literatura moderna y pone de moda algunas características prerrománticas: el nuevo sentimiento de la naturaleza, el impulso apasionado y la decepción melancólica; la crítica de la desigualdad social, la desesperación ante la fuerza del destino; la frustración existencial, ese «mal de siglo», que conduce al protagonista al suicidio.
Werther está considerada como la primera novela nacional alemana de rango internacional. Entre otras cosas por las reflexiones sobre la vida humana y la sociedad de su época (la educación de los niños, contra la tiranía paterna, la libertad e igualdad de los individuos, la paz, la alegría, crítica a la religión y a las convenciones sociales...)

La producción literaria de Goethe. La obra literaria de Goethe es inmensa y abarca todos los géneros. Se suele dividir en tres grandes periodos:
 a) Prerromanticismo: hasta su viaje a Italia (1767 a 1785). La obra más importante de este período es Werther (1774).
b) Clasicismo: tras su viaje a Italia (1786-1805). Después de dos años en Italia, Goethe encontró el fondo auténtico de su naturaleza; se hace clásico y buscará la armonía en tragedias como Ifigenia en Táuride (1787) o Torcuato Tasso (1790). También escribe versos inspirados en Italia. De este momento son además su novela Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1796) obra en la que retrata la sociedad alemana de su tiempo, y el poema épico Hermann y Dorotea (1798).
c) Simbolismo: desde 1806 a 1832. De este período es su obra cumbre Fausto, (1808 y 1832), que tardó casi sesenta años en escribir. El tema de Fausto es el pacto del hombre con el diablo a fin de recuperar la juventud y alcanzar el amor de la joven Margarita. Tema central que se ha convertido en  uno de los mitos más perdurables de la Literatura Universal.
 Es una tragedia basada en una leyenda medieval alemana del siglo VI en la que un anciano, que vende su alma al diablo a cambio de recobrar su juventud, acaba fracasando en sus aspiraciones.
El personaje de Fausto es ese hombre solitario en su búsqueda de la verdad, en su búsqueda de sentido; un hombre que ha perdido las ganas de vivir y que se ve abocado a un pacto con el diablo sabiendo que no puede ofrecerle nada que le dé la plenitud que él anhela.
Fausto es, en la intención del poeta, símbolo del alma humana, símbolo de la humanidad, que yerra cuando actúa, pero que debe actuar para hallar la salvación.

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